domingo, 31 de marzo de 2013 | By: Paco Lainez

Tiempos de tinieblas



Aquel bastión sutil alzado
oculto con tanto misterio,
de un tiempo narcotizado
que negó a hombres y mujeres
del amor todos sus placeres.
El deseo hacía de mis días
que fueran largos, eternos,
pero lejos de ti las horas
eran un auténtico infierno,
sentir el fuego de tu cuerpo
era como caminar descalzo
sobre las brasas del Averno. 




Si tu cuerpo era pecado
mi pasión abrasadora
me incitaba a ser pecador,
anhelando atormentado
que apasionada cedieras
y convertirte en seguidora
de mis creencias fundadas
de ganarnos la otra vida,
idolatrando núbil vestal,
fundiéndolas en una sola
como una colada candente
nuestras efigies pecadoras,
en ese volcánico crisol
de los lienzos de tu lecho. 




Quería perecer atrapado
en tu tupida enredadera
escalando sobre ella,
para asaltar ese baluarte 
misterioso y atrayente
de fémina transgresora.
Ay, como soñaba recorrer
tu abrupta orografía,
del alminar de tus pechos
a tus simas abisales, todos
sus recónditos caminos.  





Ay, como soñaba con beber
exprimiendo cada día,
hasta la última gota
de la exquisita ambrosía
que manaba del hontanar
de tus senos alabastrinos.  




Inútil tiempo de tinieblas
con los deseos amordazados,
por inquisidores de púlpito
predicadores de lo divino,
pecadores de lo predicado,
años de vivir corroídos
bajo el baldón del pecado.
Inútil tiempo de tinieblas
y deseos amordazados.



2 comentarios:

Ío dijo...

Bellos, muy bellos tus versos, Paco Lainez, es hermosa tu inspiración.
Gracias.

Creo que te recuerdo, si no me falla la memoria, con otro nombre, bajo el pseudónimo de Salvochea.
Saludos desde Cantabria.

Ío

Elda dijo...

Qué bonito escribes Paco, unos versos muy apasionados que me ha encantado leer.
Un abrazo.

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