Hoy, cuando aún
alboreaba
salió a pasear
vestido, bueno,
no sé, si vestido
o desvestido,
lo vi y tan solo
se cubría
con la espuma de
los sueños,
en su cara
llevaba marcada
la señal que deja
el salitre
cuando en la mar
te bañabas,
o quizás fuese
aquella marca
que dejaban en
tus mejillas
las lágrimas
cuando llorabas.
Al alba iba
cubierto de sueños
y de espuma
plateada, lo vi,
no sé, si vestido
o desnudo
a mi, me pareció
que lloraba
con una voz de
llanto rota,
le pregunté y
quise entenderle,
que yacía sobre
el lecho yerta
que su amor lo
abandonaba
y su muerte era
su derrota.
Al alba iba
cubierto de sueños
y de espuma nacarada,
lo vi,
a mi, me pareció
que lloraba.