Estos juegan a otra cosa
este juego en sus botas,
es exquisita ambrosía,
refinado terciopelo,
suave, delicado satén,
elixir embriagador
de azahares y rosas.
Armonizada orquesta
de músicos magistrales
que rozan la perfección,
tocan con delicadeza,
hábiles instrumentistas
de su instrumento…
el balón.
Disfrutas, gozas, la ves,
son imágenes de ensueño,
es un canto homérico...
al balón.
Por ese esférico objeto
cuyo trato a veces es,
casi siempre denostado,
alabado alguna vez,
objeto de culto deseado
que por él cada semana,
pelean, sudan, se afanan.
Ellos, del esférico son:
mágicos valedores,
únicos dueños, señores,
adoradores del balón.
Dominan la situación
por técnica y colocación,
corren con la elegancia
grácil, etérea de un ballet,
si fuese alimento sería:
delicatessen de gourmet.