Avaricia.
Los opulentos no
perciben
que tras su mundo de
riquezas,
hay otro mundo paralelo
de escasez, hambre y
tristeza,
una vida que coloca al
pobre
un pesado yugo que le
empuja
hasta ahogarlo en la
miseria.
Para los todopoderosos,
y sus títeres gobernantes
creen que todos los
días son:
felices días de circo y
feria.
Desconocen la cruda
realidad,
ignoran el dolor que
provoca
en el alma de los que
sufren;
alimentarse cada día
con:
un plato con tropezones
de nubes transparentes
aliñados con viento
salobre
y un sabroso manjar
glaseado
bañado con licor de
lágrimas.
Él, ya se sabe sometido
pone, la mano cabizbajo
soportando la
vergüenza,
masticando la ira.
Detrás…la vida, un río,
una corriente que le
arrolla,
un volcán interior …
siempre a punto de
reventar
que ya no sabe como
soporta,
un sinuoso y pino
calvario.
Unos hijos que no
entienden
ese mundo de lujo a su
alcance
y ellos… ellos escasos
de todo
por no tener… ya no
tienen
algo tan infantil como
los sueños.
Pobres del mundo,
mirad:
como los que nos
dominan
son, felices en su
avaricia.
2 comentarios:
Es cierto, solo tienen eso que festejar, la podredumbre de su egoísta e inmisericorde avaricia.
Un abrazo.
En realidad son tan pobres, que solo tienen dinero
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