viernes, 28 de diciembre de 2012 | By: Paco Lainez

Valle del Silencio



Oh, Valle del Silencio, tu,

que guardas los secretos

de Genadio al peregrino,

aquel que llega cansado

y bebe, ávido del arroyo

que fluye bajo su morada

y capitula ante tu belleza,

claudicando a tanto sosiego

y al verde de la fronda

que abarca con su mirada.


Valle que vive a la sombra

almenada de los Aquilianos,

tu, Valle del Silencio,

valle donde nunca callan

los murmullos del agua,

cercado por las nieves

de los duros inviernos, 
valle donde medran

los bosques ancestrales

de castaños y robledales

y te asombra que luzcan

los cerezos floridos

cada nueva primavera.


Tu, Valle del Silencio
con tu hermoso anfiteatro
de montañas milenarias,
tierra de lobos y jabalíes,
tierra de zorros y corzas,
eres vigía de los regatos,
riachuelos y fríos veneros
que amamantan el Oza.


1 comentarios:

Jana la de la niebla dijo...

Últimamente describes en tus poemas unos lugares tan bellos que me pones los dientes largos, Salvochea. Y quizá por aquí haya también paisajes casi igual de bonitos e inspiradores, pero yo no los encuentro, veo mucho olivo, demasiados, con sus hojas verde claro que parece polvoriento, jaramagos y poca cosa más, este paisaje tiene sed por mucho que llueva.
Un abrazo y gracias por llevarnos por otros mundos.
¡Feliz Año Nuevo, muy feliz!

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