Llegaste arrasadora
como una marejada,
envuelta en una aureola
como llegan los sueños,
pasaron cuarenta otoños
y aún vivo recordando
aquella tempestad,
juvenil, arrolladora,
aún me sigo viendo
envuelto entre tus olas.
4 comentarios:
Amores que dejan huella, como el golpe de mar sobre las rocas.
Un saludo :)
La tempestad es el firmamento del placer y del gozo.
Un beso.
Gracias por vuestras palabras.
Saludos desde El Bierzo
Siempre se recuerdan esos momentos que impactan en el alma.
Saludos.
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