La gente dice que tienes
esa dulzura placentera
de una bahía encalmada,
la ternura amamantada
tras mil años de mareas.
Me seduce esa ensenada,
la magia de sus ocasos,
cuando reposan varadas
las barcas de La Caleta
después de cada odisea
en las horas de bajamar
al abrigo de la marejada.
Al desvelarse la aurora
se quiebra ese espejismo
de luna sobre las aguas
que la noche reflectaba.
esa dulzura placentera
de una bahía encalmada,
la ternura amamantada
tras mil años de mareas.
Me seduce esa ensenada,
la magia de sus ocasos,
cuando reposan varadas
las barcas de La Caleta
después de cada odisea
en las horas de bajamar
al abrigo de la marejada.
Al desvelarse la aurora
se quiebra ese espejismo
de luna sobre las aguas
que la noche reflectaba.