Me
voy bebiendo a tragos
los
versos de la noche,
esos
que al final quedaron
en
un intento vano de decirte…
más
tanta timidez me dejó
borracho
de vientos y relentes
de
tanto pasear a deshora.
Mientras
la madrugada
dejaba
entrever tus sombras
en
silencio, las aceras
donde
pisas con firmeza
atrayendo
el deseo,
las
miradas y los sueños.
Esos que
a mi me gustaría
susurrarte
a solas,
como
zurean las palomas,
embelesado
entre las sombras
que
huyen cada día
alejándote
de mi desasosiego.
3 comentarios:
Las horas se beben los miedos, y la madrugada los silencios.
Un beso.
Esos versos tan bellos que no sean en vano..
Muy buen poema, beso
La timidez es el silencio que custodia los más ansiados sueños.
Procura vencerla siempre que entorpezca tus metas.
Un beso.
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