Ay, Senado del Mentidero,
ay, parque de mi niñez,
me devuelven los recuerdos
fotogramas y secuencias
arrumbadas tanto tiempo
al desván de la memoria,
en esos años de escasez
abandonarse a los juegos
en aquellas arboledas eran:
el gozo de la libertad
en los juegos de la niñez,
como entrar al paraíso
o atravesar el dintel
de las puertas de la gloria.
Ay, parque de mi infancia,
de mis juegos primeros,
carreras por ese vergel
que ya nunca olvidaré,
dátiles, áureo albero
y una cascada-atalaya
que mira hacia la bahía,
ánades, periquitos,
monos y pavos reales.
Una selva fascinante,
una amalgama florecida
que aunaba mil esencias
aromáticas, fragantes.
Sugerente mundo infantil
de ensoñaciones y quimeras,
aún recuerdo la vez primera
que oí las suaves melodías
de tus fuentes cantarinas
de rubia piedra ostionera,
ay, sus veredas doradas,
ay, lejanía indeseada
evocación, melancolía,
Jardines del Genovés.
A tus pies rompen bravías
las olas enfurecidas,
para rendirte pleitesía
Jardines del Genovés
1 comentarios:
Eres un nostálgico. Pasa en las mejores familias.. Celebro estos sentires hacia tu pueblo viejo y sabio. Yo también tengo uno: es una aldea..Pero la quiero mucho.
Vaya , ya di con tus versos más recientes..
Un saludo desde el escorado extremo, y duro de nuestra vieja piel de toro
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