Abrí, un
anochecer abrí
un balcón a
los sueños
expectante,
ilusionado,
cada
madrugada recibí
mil
inesperadas visitas,
más ninguna
adivinó
mis utopías,
mis delirios.
Sin fe,
desesperanzado
hube de
partir tras ellos,
cargando una
mochila
de ensueños
y quimeras,
en un viaje
sin destino
por ser este
inesperado,
un viaje a
un universo
donde reinaba
la bruma.
En ese feudo
encontré
un lugar adonde
nunca
oyeron
hablar de sueños,
un sitio adonde
nunca
antes nadie
había soñado,
un paraje
donde nunca
se abrieron
los balcones,
para que
pasasen libres
los sueños,
las ilusiones.
En ese
ambiente sombrío
te ahogaba
la atmósfera
de opresión
y penumbra
de esa
tierra inhóspita
y opté por
desterrarme
de ese rincón
tenebroso,
adonde sus
habitantes
viven con el
alma vacía,
quedarme
para qué,
sabiendo
como sabía
que allí jamás
soñaría.
2 comentarios:
No sé cómo se me había pasado tu entrada, y acabo de ver que hace unos pocos de días que la publicaste, Salvochea.
Tus versos me hacen sentir identificada, "quedarme, para qué, sabiendo como sabía que allí jamás soñaría"... es que estoy en una etapa bastante depresiva, estoy dejando de soñar y mirando a la vida de una manera que no debería.
Que estas Navidades te hagan sentir la belleza del mundo, de los sueños, de compartir cada día con amor, y que el 2013 venga cargado de esperanzas e ilusiones para ti y para los tuyos.
Un fuerte abrazo desde Villafranca hasta El Bierzo.
Viajes de ensueño, caricias de amapola, lugares que acarician, almas que abrazan.
Deseo que tengas unas felices fiestas llenas de amor, paz y felicidad y que tengas un feliz año en el que todos tus deseos anhelados se vean cumplidos.
Un beso.
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