Silba la voz del viento
que baja al valle aullador,
el estampido del trueno
que estalla amenazador,
el rugido de la tempestad
rompiendo en el malecón,
el tañido de la campana
que te viene a despertar
al alba cada mañana,
es la música del agua
al fluir del manantial,
es el fragor del arroyo
saltando por el canchal.
Silba la voz del viento
y no tiene más paisajes
que el jade de tus viñas,
de los trigos y maizales
de esos feraces ejidos
de colores travestidos.
Silba la voz del viento
sin tener otro horizonte
que tus mares escarlatas
cuando deserta el ocaso,
no tiene otro panorama
que tus faldas ondeando
en las blancas azoteas
y el olor a mar antiguo
poderoso de tus mareas.
1 comentarios:
Non é necesario que resoe moi forte para escoitar, se esa é a intención, todos os sons que ofrece a natureza. Pero ás veces non queremos oír.
Fermosas palabras.
Un saúdo.
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