Para que los puentes
si el río apenas es
escuálido riachuelo,
débil herida labial
que labios abajo
lentamente gotea.
Deambulé en silencio
por su cenagoso lecho,
oí los cantos del río
llorando su despecho,
los cubría una pátina
de barro viejo, reseco.
En agónico silencio
las piedras aguardan,
el maná de la vida
para el regato yerto.
1 comentarios:
De la sencillez de un regato, versos frescos.
Un saludo desde Xixón
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