Devuélveme mujer,
los labios de mi boca,
esos labios que a veces puse
en los labios de tu boca.
Devuélveme mujer,
el eco de mi risa jubilosa,
con cuyos ecos retozamos
en tu cama revoltosa.
Devuélveme mujer,
mis días y mis horas
mis ocasos y mis auroras
mis días y mis horas
mis ocasos y mis auroras
y las caricias que una vez
dejaron impresas mis manos
en tu piel de mariposa.
Devuélveme mujer,
a mi alma fugitiva,
que mi espíritu afligido
por tu ausencia desvalido
no halla sentido a la vida.
Devuélveme mujer,
todas las hebras plateadas
que olvidé en tu almohada.
cada uno de mis suspiros,
cada instante de ventura
que te rendí enardecido.
Devuélveme mujer,
los sueños que tuve contigo
los placeres prohibidos,
los besos que voluptuosos
di a la cúpula de tus senos
y los que dejé olvidados
en la oquedad de tu ombligo,
Devuélveme mujer,
los besos que dejé según subía
por los pilares de tus piernas
hasta llegar al zaguán,
al pórtico mágico, inextricable
de tu rosácea caverna.
Devuélvele mujer,
a mis sueños y a mi olvido
las palabras que una noche,
hechizado por el embrujo
de tu cuerpo concupiscente,
yaciente sobre mi pecho
en las sedas de tu lecho
te susurraba al oído.
Devuélveme, mujer…
2 comentarios:
para todas esas linda rosa de este mundo
para todas esas linda rosa de este mundo
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