domingo, 27 de julio de 2014 | By: Paco Lainez

Monte…Bosque…



Tu sabes que de ti espero

solo lo que está a tu alcance,

el canto del río mañanero,

el silencio compañero

que va caminando conmigo

por los empinados senderos,

hollar la nieve impoluta

de los albos ventisqueros,

y esa escolanía del agua

es todo cuanto de ti quiero.

Si me das aquello que ansío

para que seguir buscando:

esa paz de las veredas,

ese silencio del bosque,

y el canto coral de los ríos.

Esa esplendente belleza,

paz que mi espíritu calma ,

ese silencio milenario

y la armonía de los arroyos,

paz, silencio y armonía

que gozo con la soledad,

que tengo alrededor mío.




sábado, 12 de julio de 2014 | By: Paco Lainez

Una noche de Mayo



Una noche de Mayo bebí
el rocío de la amapola,
embriagado de su elixir
la noche cabrilleaba
en busca de la aurora,
mientras noctámbulo
paladeaba con deleite
ese desconocido néctar
por la campiña a solas.
Caminaba entre el oleaje
de ese océano púrpura
saturado de silencios,
sempiterno noctívago
eufórico de su ambrosía,
embargado de quimeras,
evocaba otras épocas
que dejaron sus huellas
en los surcos del alma,
en el álbum del tiempo.
Fotogramas de una vida
colmada de naufragios,
en la madrugada túrbida
soñé que me arrastraban
mar adentro tempestades
oleadas de sangre roja.





miércoles, 2 de julio de 2014 | By: Paco Lainez

Un mundo infame

 


Trágicos llantos trae el alba,
copiosos sollozos la aurora
abatida, desconsolada,
no deja de jarrear sangre
para expiar las crueldades
por los dolores del mundo,
un mundo que se desangra
desbordante como un río,
una ciénaga sangrienta
que arrasa los continentes.
El poeta siempre utópico,
siempre orate visionario,
recitaba, cada día solitario
declamándole a los vientos
sus desgarradores versos.
En la plaza húmeda, fría,
con su perro y su guitarra,
nadie se para a escuchar
las sempiternas verdades
de sus valientes cuartetas.
Unos contando millones,
otros, asesinos infames
cadáveres por las cunetas.
La mayoría vergonzante,
niega al cantor su mirada
para que quiere nadie ver
la hambruna sobre la tierra,
ni los muertos de la guerra
para que quiere nadie oír
las certezas del coplero,
las verdades del poeta.